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odos los meses se celebra al menos un día de la concienciación de alguna causa en particular: tal vez una condición de salud, alguna lucha histórica o simplemente la recordación de que vivimos en un único planeta compartido con millones de habitantes al que debemos cuidar. El mes de mayo no es la excepción. Los especialistas de la comunicación que somos miembros de la Asociación Americana de Habla, Lenguaje y Audición (ASHA, por sus siglas en inglés), celebramos el mes de la concienciación para una mejor audición y óptimas destrezas de habla y lenguaje. Esta celebración se lleva a cabo hace más de 50 años y tiene como propósito crear oportunidades para concienciar sobre los desórdenes de la comunicación y el rol de sus especialistas.

Dra. Victoria Reyes Valentín, Patóloga del Habla-Lenguaje y Lingüista, Directora del programa de Patología del Habla-Lenguaje de la Universidad Albizu, Recinto de San Juan y Centro Universitario de Mayagüez.

¿Qué significa tener buenas destrezas de lenguaje?

¿Será solo saber pronunciar correctamente el sonido que corresponde a cada letra de nuestro abecedario? Lo primero debe ser definir el concepto lenguaje. El lenguaje es la capacidad del ser humano de comunicarse. Según establece ASHA, el lenguaje está compuesto de reglas que incluyen el significado de las palabras (semántica), creación (morfología) y combinación de palabras (sintaxis), así como la combinación apropiada de palabras para cada situación suscitada (pragmática o reglas sociales). Lo anterior no es otra cosa que los componentes del lenguaje, todos necesarios para una buena comunicación.

Sin embargo, existen aspectos muy importantes del lenguaje que no se mencionan en los textos tradicionales de expertos en la comunicación. Parte de esa capacidad que tenemos para comunicarnos, es saber reconocer y aceptar las diferencias que, lejos de marcarnos negativamente, nos identifican como pueblos y nos unen como comunidades lingüísticas. Uno de estos aspectos del lenguaje, como bien dice su nombre, es el lenguaje no verbal. Mover la nariz como si nos picara cuando queremos preguntar un simple “qué pasó” sin emitir sonido, es una característica del lenguaje no verbal que nos identifica como puertorriqueños. ¿Nos avergonzamos por esto? ¡Claro que no! ¡Nos enorgullece!

Cuando de habla se trata, la cosa es distinta. Continuemos entonces definiendo este nuevo concepto. El habla como medio oral de comunicación, incluye los componentes de articulación (pronunciación/dicción), voz y fluidez (ritmo). El habla es el uso individual que cada persona le da al lenguaje. En Puerto Rico, tenemos varias características que nos identifican al hablar. Podemos comenzar mencionando la elisión de la letra /d/ entre vocales: estoy cansao; me comí hasta el pegao, etc. La lateralización del sonido r: calol en lugar de calor o álbol en lugar de árbol. La aspiración del sonido s al final de sílaba (pondré j para identificar la pronunciación): ejpejuelos por espejuelos. Y la famosa “erre” arrastrada cuya verdadera descripción es velarización del sonido r vibrante múltiple.

Además de las características mencionadas, hay otras particularidades en nuestro dialecto del español que nos distinguen de otros pueblos hispanohablantes. Sí, dije dialecto del español. Los dialectos son la forma real en que usamos la lengua y, en su uso se refleja nuestro trasfondo y bagaje cultural e histórico. Según los pueblos van cambiando, también lo hace su lengua. Entonces no hay que preocuparse, no estamos menospreciando al español por llamarlo dialecto.  ¡Tenemos muchas más características lingüísticas! Los puertorriqueños utilizamos mucho los diminutivos: los niños no ven caricaturas, ven muñequitos. Nuestros verbos a futuro no son palabras sino frases: no decimos comeré sino voy a comer. Asimismo, utilizamos los gerundios mucho más que otros países: los atletas no corren, los atletas están corriendo.

¿Por qué tratamos de enmascarar nuestra forma de hablar?

Si bien es cierto que existen reglas de etiqueta y otras tantas normas sociales que se establecen en ciertos escenarios académicos o “cultos”, nuestras particularidades al hablar caben perfectamente dentro de todos esos escenarios. Es meritorio recordar aquella forma tajante de catalogar como “vulgar” o “culto” a los hablantes de idioma latín, pero es más importante aún enfatizar que esas descripciones también se extinguieron. Hemos avanzado mucho en temas de multiculturalidad y de inclusión, parte de eso es el sentirse orgullosos de quiénes somos y de dónde venimos. Como parte de la celebración del Better Hearing and Speech Month 2023, hago un llamado no solo al desarrollo de las mejores prácticas de evaluación y tratamiento del habla, lenguaje y audición, sino a la defensa y el reconocimiento de nuestra idiosincrasia lingüística. Si todos habláramos igual, ¡qué aburrido sería! ¿no?

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