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atalie J. Padilla es psicóloga y fundadora de Psi.Qi. Es egresada del programa de Maestría en Psicología en Consejería Psicológica y el programa PsyD en Consejería Psicológica de la Universidad Albizu.
“Actualmente trabajo procesos psicoterapéuticos para adultos en modalidad individual y de pareja. Además ofrezco servicios virtuales o presenciales. También soy facilitadora de Yoga Sensible al Trauma (TC-TSY) del Trauma Center y practicante profesional de Reiki.
Yo creo que de las habilidades que más impactaron mi proceso en la Albizu tanto en lo profesional como en lo personal, fue el desarrollo y establecimiento de redes de apoyo para procesos formativos y procesos personales, la compartimentalización para manejar procesos de vida y académicos de manera simultánea, y la humildad tanto para aprender y pedir apoyo. De la Albizu, su facultad y los compañeros que tuve, me llevé una mirada humanizada y diversa de los profesionales de la salud; una mirada que se extiende también a cada una de las persona que llega a mi consultorio. En adición, si tuviera que hablar de algunas lecciones puntuales y personales, creo que mencionaría la realización de que con esfuerzo y determinación se puede llegar a vivir una vida valiosa y significative. Podemos llegar a alcanzar todas esas metas propuestas sin descuidar otras áreas personales valiosas.
Desde mi práctica busco conectar genuinamente con mis clientes, crear relaciones de intimidad emocional, normalizando la vulnerabilidad y la gama completa de las emociones y ofreciendo espacios de sostén y de seguridad. Me apasiona ver como la chispa se va encendiendo en mis clientes a medida que van retomando la agencia que tienen sobre ellos mismos y sus procesos. Me apasiona cuando mis clientes logran conectar consigo, logran verse a sí mismos y a sus conductas y logran empoderarse de su proceso de recuperación.
Yo veo personas, seres humanos, contextos, historias de vida y de generaciones. También veo el impacto de procesos políticos sociales y de traumas complejos; presto atención a sus interseccionalidades. Al abordar los casos, trabajo con los síntomas, pero presto mucha atención a estos detalles y promuevo la sensibilidad, la empatía y la autocompasión. Por último, en mi práctica, busco atender al cliente desde los procesos psicológicos, pero también desde la corporalidad. Hago practicas integrativas en sesión, regularmente prácticas de mente, cuerpo y ejercicios como el Yoga Sensible al Trauma.
Me suelen preguntar como esta forma de vivir, comunicarse o relacionarse es sostenible si las demás personas ni se relacionan así ni ven la vida así. Justo allí es donde me reafirmo en que de persona en persona y a través de procesos vicarios vamos haciendo la diferencia, sanando y sosteniéndonos en comunidad.”